sábado, 4 de junio de 2016

Fin

Al amanecer del infierno que fueron las calles de Iguala, Guerrero, durante las sombras entre el 26 y 27 de septiembre de 2014, aparecen los restos, pues eso son y no el cuerpo sin vida, de Julio César Mondragón Fontes. Aparecen no se sabe bien a bien dónde, pues algunos frecuentes señalan cierta esquina sobre el Periférico, una anónima cruz indicará luego que estaba en un terregal a dos cuadras y tal vez nadie constató en verdad el hecho.
Con esas palabras prestadas por otro trabajo termina La casa del horror, nietos. Lo hace naturalmente, digamos, pues cuanto buscaba se reveló ahí. La misma escena debe contribuir al final de todos nuestros cuadernos, y entonces encontramos unidad en lo que dudaba tenerlo.
Hilos tejiéndose sin parar, así es La casa. El libro inédito por inexplicables motivos, que uso en ella, recordemos, trata la muerte de Digna Ochoa. No se menciona en él a Rogaciano Alva, ex presidente municipal de Petatlán, en la Costa Grande guerrense, y presidente de la Unión Ganadera regional. Era "el presunto líder de una banda vinculada a La familia michoacana y al Cartel de Sinaloa. En sus primera declaraciones el Roga reveló que Edgar Bayardo del Villar, ex mando de la Secretaría de Seguridad Pública", a quien se acusó de colaborar" con el propio Cartel y que fue luego asesinado, lo buscó para poner, o colocar en un lugar favorable para su ajusticiamento, a Arturo Beltrán Leyva, el ya legendario mafioso bajo cuya sombra se protegió.
Rogaciano moriría luego, tras acusársele de la autoría intelectual en el que oficialmente sigue calificándose como "suicidio asistido" de Digna. Antes un milagro le salvó la vida en Iguala, cuando veinte sicarios cayeron sobre su banda.
Insoportables historias estas, repitiéndose sin fin: pobres diablos con la única virtud de no tener el menor escrúpulo, convirtiéndose en grandes empresarios porque los malditos mayores precisan de ellos, como décadas atrás necesitaron industriales también improvisados y torpes.    

La balada
Hace medio siglo un hombre que me parece singular, significativamente agudo, escribió dos ensayos cronicados sobre las mafias en países que son referencia sobre el tema. Permítanme que le copie un largo párrafo:
La caja del violoncelo se abre de golpe y del forro de terciopelo rojizo surge una flamante ametralladora. Al despuntar el día se descubren los cadáveres: el lechero los encuentra en el curso de su ronda, junto a la boca de riego, el chico del ascensor en el vestíbulo del hotel, el encargado del almacén en el cobertizo entre las barricas de aceite. La más importante tienda de géneros de punto del lugar ha puesto en el escaparate un letrero en el que se lee: «Zurcidos invisibles y a precio módico, para los agujeros de balas de su traje». Hacia mediodía se dejan ver las flappers: son muchachas rubio-oxigenadas con faldas increíblemente cortas, sombrerito hongo y peinadas a la garçonne. Negros Cadillac’s fuertemente blindados se detienen ante el restaurante de lujo, casi enfrente del Ayuntamiento, donde los asesinos dan un banquete en honor de la corporación municipal. Al tercer brindis el fiscal recibe, de manos de un individuo sin afeitar, un reloj de bolsillo de oro. Está envuelto en un cheque. Luego todo el grupo parte para las carreras de caballos(1).
No sé si el más famoso capo mexicano alcanza en celebridad a Al Capone pero abundan los corridos y las leyendas callejeras celebrándolo. 
Continúa el escritor: "Soy un fantasma forjado por millones de mentes", dijo este individuo al final de su carrera (...) No puede decirse de modo más breve y conciso lo que caracteriza a este ser. Capone es una figura perteneciente a la historia, pero también a la imaginación. Es un engendro de la fantasía colectiva, y en ese sentido un fantasma: pero este fantasma es de una realidad más poderosa que cualquier hecho escueto. Historiadores, sociólogos, abogados y psicólogos estudiaron el fenómeno con todo detalle e intentaron explicarlo. Pero sus métodos no llegan al fondo de la cuestión.
El subtítulo del libro es Modelo de una sociedad terrorista y su autor demuestra que no hay mayor secreto en el fenómeno: corresponde al súpercapitalismo, quien requiere a los carteles tanto como a las grandes corporaciones financieras e industriales.
No me gusta El padrino de Francis Ford Coppola, por más que sea una joya cinematográfica. Conocí bien a personajes cuyos orígenes son los mismos que los de Vito Corleone, aunque no pertenecieran al crimen organizado, y así aquéllos me parecen una simplona parodia, como paródica resulta la película, contribución al mito.
En México abundan los corridos sobre capos. Unos tienen aires Robin Hood, de justiciero que vela por los pobres. La farsa no soporta mínima revisión. Al principio aquí y allá nuestros campesinos tradicionales completaban su canasta sembrando para el crimen organizado. No había gran mejoría pues los cárteles eran nuevos intermediarios, como en cualquier otro cultivo. Después en ciertos lugares esos modestísimos minifundistas se volvieron peones y terminarían de apretarles el cuello extorsionándolos o robándoles. Capital es capital, con un solo principio, extraer el mayor beneficio, y la ilegalidad o la irregularidad multiplican sus oportunidades. Entre nosotros, acriollado, conserva cuanto necesita de la vieja dictadura perfecta. ¿Verdad, Sr. Salinas de Gortari, su creador? 
¿Recordamos, nietos, a Cabal Peniche, nombrado por él como empresario ejemplar, quien combinada a los beneficiario de la venta ilegal de bienes públicos, prácticas financieras salvajes y asociación con capos mayores?   
La noche de Iguala, tras la cual aparece el cadáver desollado de Julio César Mondragón, conduce a la trama profunda en estas historias. Allí el control lo mantienen las fuerzas militares expertas en contrainsurgencia desde 1959, cuando el Estado resuelve que su lugar en Guerrero será presido por ellas.
Escuchamos ya como Carlos Montemayor respondía en 2002 la terca pregunta que nos hicimos por años. 
-No, no puede hablarse de colombianización al referirse a Guerrero (o al país entero, habría dicho hoy, si viviera todavía). El modelo que siguen las mafias aquí es nativo (y se basa en otros, deberíamos agregar por el conocimiento adquirido luego). No ocupan espacios que la autoridad pierde: ambos están íntimamente imbricados (y otro tanto sucede, quizás en distinto nivel, con los empresarios).
Fue el Estado, gritamos cientos de miles o millones al morir o desaparecer nuestros 43+4. Eso mismo concluye ahora el Grupo Interdisciplinario de Expertos Internacionales (GIEI) nombrado por la CIDH, incluyendo a los cárteles, cuya participación aún no se aclara. Quizás en aquéllas horas el precipitador fue un autobús con doble fondo, que serviría para transportar amapola hacia Estados Unidos, dicen los cinco especialistas. 
No hubo nivel de gobierno que no participara, afirman, y si desechan la absurda tesis oficial que responsabiliza al alcalde y su mujer, quien lidereaba a los Guerreros Unidos, presume colaboración de ese y otro grupo criminal. 
Parece confirmarse también un estrecho vínculo empresarial entre la pareja y el coronel al frente del 27 Batallón con sede en Iguala. 
¿Nada influye la más rica mina de oro latinoamericana, descubierta muy cerca de donde se producen los hechos y que sugiere existen otras próximas, o su hermana de plata, en explotación desde años atrás? 
Y así, S y E, venimos a dar a otros dos cuadernos. Uno de ellos recuerda que desde 1492 "todo lo sólido se desvanece en el aire"(2)


1. La balada de Chicago. Hans Magnus Enzensberger. 
El segundo trabajo revisa a la Camorra o mafia italiana: "Pupetta o el fin de la nueva Camorra
2. Manifiesto comunista.